lunes, 18 de enero de 2010

De tal palo, tal astilla.

Siento que de a poco, me explico, me entiendo. Digo, tengo características de personalidad propias, que pensaba hasta hace poco, eran un poco inexplicables. Ni papá ni mamá me las habían trasladado. Entonces ayer, mientras terminabamos de almorzar, la charla y discusión rondaba en torno a que mi perra estaba un poquito exedida de peso y a raíz de ello habíamos decidido quitarle la correa del cuello.
La secuencia fue así:
- p: que pasaría si a un perro desde chiquito se le deja el collar y no se lo aflojás mientras va creciendo?
-m: ...y bueno, sería un perro bonsái!
-todos: ....

Mamá, eso, explicó muchas cosas.
Gracias por hacerme sentir más parte de tu sangre.Gracias.

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